sábado, 28 de marzo de 2015

Sí a los piropos

Piropos




Nuria Ribó aborda un tema que ha creado polémica últimamente y, a mi parecer, lo hace de una forma brillante. El asunto en cuestión es el de los piropos. Al parecer, muchas mujeres los rechazan porque los entienden como algo machista, y estas nuevas feministas tajantes han abierto el debate: ¿Sí o no a los piropos?

Ribó comienza diciendo que está orgullosa de cómo hemos cambiado las mujeres con respecto a este tema, y no puedo estar más de acuerdo. Ahora es normal el hecho de que una mujer conteste a un piropo, ya sea para cantarle las cuarenta al hombre en cuestión, para bromear sobre el asunto o para agradecerle sus palabras. Esto implica un avance en la sociedad, ahora no tenemos miedo a replicar, sino que levantamos la cabeza con orgullo y expresamos nuestra opinión, sea lo que sea. Esto ha tenido como repercusión que los piropos antaño groseros y extremadamente machistas están en extinción. Ahora los halagos son diferentes, tal y como muestra un experimento en forma de vídeo realizado en Nueva York del que habla el artículo de SModa. En él, lo más fuerte que se escucha es 'Sexy', 'Sonríe' o 'Eh, guapa, ¿no quieres hablar conmigo?'.

Yo, personalmente, no veo nada malo en esto. Si a mí me llaman sexy por la calle me lo tomo como un cumplido, y es lo que es. Y si me pillan en un día bueno, posiblemente les conteste algo como 'Ya lo sé' o simplemente mire y sonría.

Creo que lo principal es la educación, es decir, todos sabemos cuando un piropo es adecuado y cuando es irrespetuoso, y no defiendo estos últimos, pero tampoco creo que haya que hacer una montaña de un grano de arena. Las mujeres ya no necesitamos esa protección, no somos de porcelana, si nos dicen una grosería por la calle tenemos capacidad suficiente como para contestarle algo peor o, simple y educadamente, ignorarle.

No estoy de acuerdo con esas mujeres que rechazan sistemáticamente los piropos, me parece absurdo. Es cierto que en la gran mayoría de los casos suelen ser de hombres a mujeres, pero eso no quita que sea algo machista, es, simplemente, que de nosotras no sale gritarle a alguien que no conocemos lo guapo que es, y si lo hicieramos, dudo que se ofendiera. Creo que al intentar defender tanto el feminismo se consigue todo lo contrario. Quieren mostrar al mundo que somos guerreras, que es una falta de respeto que nos traten como un trozo de carne, y eso es algo con lo que estoy de acuerdo, pero, al censurar los piropos dan a entender que no somos capaces de lidiar con ellos, y eso es un error.

Nuria Ribó finaliza el artículo exponiendo los resultados de una pequeña encuesta que ha hecho entre sus amigas y las mujeres de su Facebook. A casi ninguna le molestan los piropos, a no ser que sean ofensivos, pero la mayoría coinciden en que saben responder, y lo hacen. 

En mi opinión, no se trata de defender a la mujer por encima del hombre, sino de apostar por la igualdad. Que diga piropos quién quiera, eso sí, que se atenga a las respuestas que pueden provocar.

















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